
El suelo es una de esas cosas obvias que están siempre ahí debajo, callado, aparentemente inerte e insensible, pero nada más alejado de la realidad. Lo que está bajo nuestros pies es prácticamente un ser vivo que respira, se cansa, se enferma, se nutre y da a luz a múltiples formas de vida que sustenta en perfecta simbiosis.
La espectroscopía de absorción atómica es un avanzado método analítico que nos permite caracterizar con una gran precisión y confiabilidad los suelos, y en esta entrega de la Bitácora del Analista exploraremos más sobre cómo este método puede revolucionar tu laboratorio de suelos, descifrando de manera sencilla y rápida la tremenda complejidad del sistema vivo que nos sostiene.

El suelo es la base de cualquier cultivo. Conocer su estado químico permite identificar tanto la disponibilidad de nutrientes como la presencia de contaminantes. Los macro y micronutrientes, como el calcio, el magnesio y el potasio, son vitales para el crecimiento vegetal, pero metales pesados como el plomo o el cadmio comprometen la salud humana y ambiental.
Por eso, la espectroscopía de absorción atómica (AA) se ha convertido en una de las técnicas esenciales en laboratorios de análisis agroambiental, permitiendo determinar con precisión la concentración de estos elementos, incluso en bajas concentraciones.
La tecnología de absorción atómica de GBC Scientific Equipment, reconocida globalmente por su sensibilidad y confiabilidad, permite cuantificar metales en concentraciones tan altas como partes por millón (ppm) o tan bajas como partes por billón (ppb), convirtiéndose en una aliada fundamental para cualquier laboratorio de suelos.
El principio de funcionamiento de este tipo de espectroscopía es sencillo: Cada elemento químico absorbe una longitud de onda específica de luz cuando se encuentra en estado atómico. Midiendo esta absorción, es posible determinar la concentración exacta del metal a observar. Pero, para lograrlo, la muestra debe pasar por un proceso clave: la atomización. Aquí es donde entran en juego dos técnicas que GBC ha perfeccionado en sus equipos:

Ideal para análisis de macronutrientes, micronutrientes y metales en concentraciones moderadas, esta técnica utiliza una llama como fuente de calor para convertir los iones metálicos de la muestra en átomos libres. La técnica se desarrolla así:
Es una técnica rápida, robusta y altamente reproducible, perfecta para estudios rutinarios de fertilidad de suelos.
Cuando se trata de elementos en trazas, la técnica de horno de grafito ofrece la sensibilidad que se necesita para este tipo de caracterización de suelos:

Con equipos como el XplorAA de GBC es posible realizar un estudio integral del suelo a través de la espectroscopía de absorción atómica, abordando aspectos como:
Y con esos datos, apoyar decisiones en:

Así que la próxima vez que mires bajo tus pies y veas la marrón masa de tierra que te sostiene, recuerda que ahí en lo profundo yace un universo complejo y vivo de elementos que silenciosamente nos dan alimento y reposo. Si conoces la calidad de tus suelos, serás capaz de sacarle su máximo potencial.
Y si te ha quedado alguna duda, quieres profundizar en el tema o deseas llevar tu laboratorio de suelos a otro nivel recuerda mejor llamar a Diana, nuestra experta del área analítica.